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Fiolee: Criminal Minds Chapter 4

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“Las cosas cambian, las personas cambian, los sentimientos cambian, pero los recuerdos siempre serán los mismos”

Había escuchado muchas veces que el cambio era bueno. Si ella no recordaba mal, Cake lo había dicho cuando sus padres adoptivos murieron a sus ocho años. Tal vez por eso dos días después se fueron a vivir a la M.C.C.V, donde paso de ser esa inocente niña a la mejor cazadora de la central.

Pero esta vez no era así. Ahora el cambio era totalmente raro, extraño… diferente. Esta vez no se trataba de una casa, de una escuela, o de una familia... si no de un sentimiento.

Ya no sentía las mismas mariposas insoportables cuando veía a Patrick. Ya sus rodillas no le temblaban cuando él le dirigía esa mirada esmeralda. Ya sus mejillas no ardían cuando el era un caballero con ella.

Algo dentro de ella había cambiado. Algún sentimiento había desaparecido, y había dejado ese espacio vació.

Eso le asustaba. Le daba miedo equivocarse y que hacer esto no fuera lo correcto. Poner un pie en falso y caer al vació. Tal vez era eso lo que más le extrañaba, estaba pensando en cosas sin sentido, eso no iba a pasar solo porque ya no sintiera lo mismo que hace tres años por Gumball.

Lo estaba pensando acostada en su cama, en forma de metáfora y de reflexión, pero estaba pasando de ser un momento de conversación interna a una de total confusión y extrañeza. Su hermana había salido con su novio y no volvería hasta el día siguiente, no era necesario saber que iban a hacer y tampoco lo iba a preguntar. Todavía no entendía porque Cake no quería cazar vampiros con ella, a fin de cuentas fue ella la que la metió en eso hace nueve años, cuando se inscribió en la M.C.C.V, cuando conoció a Patrick, cuando su vida dio un giro de trecientos sesenta grados.

Desde hace tres años que no veía a su “mejor amigo”. Desde que se fue a esa misión en Argentina sobre armas antivampiricas. Esa vez tan solo se despidió y nunca mas volvió a hablar con él, tan solo sabia que él volvería un día después que ella se fuera a la ciudad a negar lo del traslado. Debió ser por eso que él mismo le dijo que al día siguiente de la misión de Stuart fueran a hablar un rato en algún café, para saber que había pasado en sus vidas en todo ese tiempo. Debe ser que se estaba equivocando, seguro Patrick no la vio, no la veía, ni la iba a ver jamás como algo más que su amiga. Eso de seguro no era una cita. Eso la hacia sentir mejor.

La voz de Avril Lavigne cantando Smile la despertó de sus pensamientos.

Vio el teléfono; era Patrick. Se pregunto a si misma si atender, de todos modos le habían dado el día libre hasta la hora de la misión. Ahora que se acordaba, PG no era solo su amigo, también era su compañero, seguro se trataba de algo de la misión.

- ¿Alo? – contesto un poco insegura.
- ¿Fionna? – oyó la voz masculina de su amigo –. Te necesitamos ahora mismo aquí en la central.
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Estaba el Rey de los Vampiros en su casa del bosque. Después de que salió, pasó todo el resto del día durmiendo, pero ya no podía conciliar el sueño. Así que para no morir del aburrimiento, agarro su hermosa guitarra-hacha color cereza ya algo desgastada, y comenzó a intentar escribir una nueva canción. No tenia nada de inspiración. Fue directo al cancionero que tenia en su escritorio, pero por casualidad este se abrió en una hoja, donde estaba escrito con notas un pedazo de su vida.

Esta era una canción que él conocía muy bien. Había sido la canción en la que reflejo parte de sus más profundos sentimientos con alguien hace trescientos años.

Comenzó a tocar la guitarra, emitiendo un sonido que cautivaría a cualquiera. Lamentablemente tan solo él y los animales que estaban cerca podían disfrutar de su melodía.
- Tú, llegaste a mi vida para enseñarme – comenzó a cantar –
tú, supiste encenderme y luego apagarme,
tú, te hiciste indispensable para mi y... y...
– paro dando una gran suspiro.

Las palabras de la canción le dejaron un sabor amargo en la boca. Tal vez fuera su profundidad oculta, o el sentimiento con el que había escrito y cantado cada palabra. Fuera lo que fuera, lo hacia recordar.

- Y,
Con los ojos cerrados te seguí,
si yo busqué dolor lo conseguí.

No eres la persona que pensé, que creí, que pedí... – continúo cantando con odio y rencor en sus palabras, dándole más fuerte a su guitarra y dándole paso al coro.

Era cierto, no había sido lo que había pedido. Ella era todo lo contrario. Era atractiva, seductora, deseable, pero con mentiras y engaños incluidos. Y, aun así, con todo eso, el se había enamorado como un imbécil. Se había convertido en su perro faldero por tantos años.

- ¡Mientes! ¡Me haces daño y luego te arrepientes!  
Ya no tiene caso que lo intentes.
No me quedan ganas de sentir
– canto el coro, transmitiendo todos sus sentimientos.

No quería sentir. No se permitía a si mismo sentir. Tenia mil años que no lo hacia. Le era casi imposible sentir de verdad. A pesar de la simpleza con la que era considerada esa palabra, para el significaba mucho mas que eso. El sentir de cada recuerdo, era algo insoportable, detestable. Le traían una rabia que no se podía contener. Sentir le hacia recordar. Odiaba recordar.

- ¡Llegas, cuando estoy a punto de olvidarte!
Busca tu camino en otra parte
mientras busco el tiempo que perdí.
Que hoy estoy mejor sin ti
– hizo una pausa, pues esa verdad le dolía.
- Voy,
De nuevo recordando lo que soy,
sabiendo lo que das y lo que doy,
en mi no queda espacio para ti y... y...y...
– pues era así, la verdad duele a pesar de tener mil años con ella.

- Y el tiempo hizo lo suyo y comprendí.
Las cosas no suceden porque si,
no eres la persona que pensé, que creí, que pedí.


No, aunque era difícil de aceptar, nada pasaba porque si. Cada dolor, cada herida que había tenido en su vida, las había ocultado, se había endurecido. Ya nada podía engañarlo. Ya no confiaba ni creía en nada ni en nadie.

- ¡¡¡Mientes!!! ¡Me haces daño y luego te arrepientes!
Ya no tiene caso que lo intentes
no me quedan ganas de sentir
– canto con más fuerza en su voz.

- ¡Llegas, cuando estoy a punto de olvidarte!
Busca tu camino en otra parte,
mientras busco el tiempo que perdí
que hoy estoy mejor sin ti, que hoy estoy mejor sin ti.


- ¡¡¡Llegas, cuando estoy a punto de olvidarte!!!
Busca tu camino en otra parte
mientras busco el tiempo que perdí
que hoy estoy mejor sin ti,
que hoy estoy mejor sin ti,
que hoy estoy mejor sin ti.


Concluyo dando un gran suspiro. No cantaba esa canción en años, pero decía parte de lo que siempre tuvo guardado. Era algo de todos los sentimientos que le había dejado aquella hechizera, solo que faltaba todo el asco, rencor y odio que había sentido al descubrir tantas cosas.
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- ¡Ni sueñen que yo me voy a poner esa cosa! ¡Esta es la peor idea que pudieron haber tenido! ¡¿Cómo diablos se les ocurre que yo me voy a disfrazar de ramera?! ¡Entiendo que tengamos que entrar y atrapar a ese vampiro! ¡¿Pero es necesario que parezca una prostituta en busca de clientes para eso?! – decía Fionna roja de ira y vergüenza.
- Fionna, es solo un disfraz. Así se visten las hechiceras para ir a lugares como este – decía Gumball, intentando que no hiciera un escándalo.

Estaban en la central, intentando convencer a Fionna de que se pusiera el disfraz para cumplir la misión. Eran las nueve de la noche, ya iban tarde a hacer la “visita” al bar que frecuentaba aquel vampiro. Todo el escándalo se debía a una sola razón: el disfraz de Fionna.

Este consistía en un vestido negro estraple que le llegaba veinte centímetros más arriba de la rodilla, mostrando sus blancas piernas con unas medias de malla negra, más unas botas de tacón del mismo color. Lo que Fionna jamás usaría por voluntad propia.

- ¡Pues entonces busquen a alguien más para hacerse pasar por ramera! ¡Yo tengo dignidad! – dijo, encaminándose al baño para cambiarse.

Pero de pronto sintió que alguien le tocaba el hombro. Pestañeo y se dispuso a darle un golpe al que se hubiera atrevido impedirle cambiarse. Detuvo su puño en seco cuando vio aquel rostro arrugado con una sonrisa que ella conocía muy bien, pero que por eso le daba miedo. Era el Sr. Stuart.

- Veo que ya están listos para la misión – dijo soltando a Fionna.
- Si Sr. Stuart. En cinco minutos salimos para allá. Si alguien dejara de protestar y nos dejara irnos – respondió Gumball lanzándole una indirecta a Fionna, la cual inflo los cachetes e hizo un puchero, cosa que a Flame le hubiera parecido infantil si no fuera por el traje que cargaba.
- Bueno, dejemos todas los regaños para mas tarde… – dijo Flame empujando a Gumball y a Fionna hacia el ascensor –…tenemos un vampiro que atrapar…
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Llegaron al sitio en media hora. La ciudad estaba colapsada. Parecía que todo el mundo había elegido esa noche para salir de fiesta. Aunque al llegar algo les extraño.
Pensaron que tal vez seria un lugar lúgubre lleno de vampiros por los alrededores, con hechiceros y demonios bebiendo o bailando, pero no era nada de eso.

El dichoso bar era tan solo un pequeño edificio de dos pisos abandonado, con un letrero de LOCAL ya dañado por el paso del tiempo. Revisaron el mapa y verificaron que estaban en el lugar correcto, cosa que los extraño aun más.

- ¡¿Pero que demonios pasa aquí?!
- No lo se, se supone que este es el sitio que indicaron los testigos – dijo Gumballl, revisando de nuevo el mapa ya fastidiado de la situación.
- Sssshhh ¡Cállense! Ahí viene una vampiro.

Una vampiresa con el pelo negro con mechas azules estaba en camino a la tasca, caminando con total normalidad. La inmortal caminaba tranquilamente con sus tacones de plataforma. Paso por delante de la camioneta en la que ellos estaban escondidos… y algo incomprensible paso.

La vampira de nombre desconocido paso por allí y de pronto desapareció, pero al hacerlo parecía que hubiera estremecido todo a su alrededor, como si hubiera atravesado una barrera de aire. Ahí fue cuando todo le quedo claro a los tres oficiales. Pasaron después de asegurarse que nadie estaba cerca… y se les cayó la mandíbula al ver el sitio por fuera.

Al pasar el portal, barrera, camuflaje o lo que sea que fuera, se encontraron con una fabrica abandonada de color gris, pero con reflectores de todos los colores provenientes de cualquiera de sus cinco pisos, más una música a todo volumen que le daba un ambiente completamente fiestero. Afuera había varios vampiros, demonios y hechiceros, la mayoría borrachos con sexys chicas seduciéndolos. En la entrada estaban ubicados dos enormes demonios de aspecto escalofriante, intimidando y evaluando a todo ser que pretendiera pasar.

- Esto nos arruina todo el plan.
- ¿Pero por qué, Gumball? – pregunto Fionna sin comprender a su amigo.
- Hay demasiada gente, incluyendo a esos demonios de la entrada. Aunque tengamos la esencia esa de demonio, si nos piden alguna demostración de poder o nuestros nombres nos atraparían fácilmente. Ademas, si de milagro logramos pasar desapercibidos y encontrar al vampiro, nos podrían atrapar si este tiene la brillante idea de armar un berrinche – dijo Flame, aclarando las dudas de su compañera y quitándole la palabra a Gumball.
- Exactamente.
- ¿Qué vamos a hacer entonces?
- Tengo una idea – comenzó Gumball – ¿Qué tal si entras tu primero y luego pasamos nosotros? Sospecharían menos de una linda hechicera que de dos demonios. Atrapas al vampiro en un momento que este a solas, te lo llevas sigilosamente fingiendo que es tu “acompañante” mientras nosotros te cubrimos la espalda y nos encontramos aquí cuando logres salir.
- ¡¿Es decir que mientras ustedes están echándose aire de lo más tranquilos yo estaré haciendo todo el trabajo en el que me pueden violar, atrapar o hasta matar?! – contradijo Fionna, molesta de que todo se lo dejaran a ella, aunque se sonrojo un poco al escuchar lo de “linda hechicera”.
- Si lo dices así suena muy cruel – le respondió Flame con una sonrisa.
- Esta bien. Pero si salgo viva ustedes me deben una.
- Ok.

Camino lentamente hacia la entrada. Se pregunto internamente si saldría viva de esta. Si lo hacia, la suerte estaba totalmente de su lado. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había estado en peligro de muerte por culpa de su trabajo.

Los demonios la dejaron entrar sin problemas, no sin antes voltearse y desnudarla con la mirada. Le dio asco y muchas ganas de patearles en su... "partecita", pero no era momento de andar con estupideces.

El sitio era realmente enorme. Se veían a todos los vampiros, hechiceros y demonios bailando al son de la música a todo volumen, con luces provenientes del segundo piso.Los clientes pedían alcohol en la barra y coqueteando con más de una chica, preparándose para subir al tercer piso donde estaban las habitaciones, para tener más “privacidad”.

Busco con la mirada al tal Marshall Lee Abadeer. En la central había visto una foto un poco borrosa de él que le habían sacado días antes, en la que por suerte se veían algunos de sus rasgos. Pelo negro azabache algo largo, ojos rojos como la sangre, sonrisa adornada por finos colmillos de marfil. Más que suficiente información para encontrarlo.

Se sentó en la barra pensando que era libre y que no tendría que consumir nada. Cosa de lo que se arrepintió cuando vio a la mesera dirigirse a ella con cara molesta.

- Disculpe señorita – le dijo con voz irritada –. La barra es solo si va a consumir algo.

Fionna iba a decirle que no se preocupara y largarse de allí, pero alguien se le adelanto.

- La hermosa dama viene conmigo – dijo una voz masculina, llamando la atención de las dos chicas, las cuales se quedaron atónitas al verlo. La primera por que era su rey. La segunda, porque era su objetivo.

Se quedo en shock con el vampiro al frente. Pelo negro azabache algo largo, dándole un toque sensual a su definido rostro. Ojos rojos como la sangre, que intimidarían a cualquiera, pero que ahorita se estaban enfocando en ella de una forma muy diferente. Una sonrisa traviesa adornada por sus colmillos de blanco marfil, por el momento en una sonrisa irresistiblemente seductora. Su presa era mucho más sensual y atractivo de lo que esperaba.

- ¡Oh!  – exclamo la mesera al notar las miradas que se estaban intercambiando entre ellos –. Lamento la equivocación… ¿Desea algo señor Abadeer? – dijo, asegurándole a la rubia con quien estaba tratando.
- Para mí un cuba libre… ¿Y para la señorita…?
- Un tequila – dijo la rubia, lanzándole una mirada aun más seductora a su acompañante. Si el vampiro no tuviera mil años de experiencia, definitivamente hubiera caído rendido ante esa mirada.
- Inmediatamente – dijo la chica, retirándose lo más rápido posible a entregar la orden.
- Es un placer conocerlo en persona, señor Abadeer – comenzó ella. Al parecer el destino había querido ponérselo mas fácil. Las miradas seductoras del inmortal le aseguraban que rápidamente se largaría de allí con él esposado.
- Igualmente ¿Señorita…?
- Fionna - respondió, ofreciéndole la mano al vampiro para estrecharla. Se sorprendio al ver que el vampiro la tomaba galantemente.
- Es un placer conocerla, señorita Fionna – dijo, besándole la mano.

Ojala que este tipo no note que me sonroje , pensó.

- ¿Es igual de caballeroso con todas las mujeres que pasan por aquí? - Genial, Fionna. Intentando seducirlo y te comienzas a burlar de el .

El vampiro se acerco aun más. Un escalofrió le recorrió toda la columna cuando le hablo sensualmente.

- Solo las que me atraen.

Perfecto. Hazlo ahora o nunca, Fionna. Recuerda: es por la misión, es por la misión...

- Tal vez debamos ir a un lugar mas privado – contraataco la chica. El vampiro se impresiono un poco; al parecer su traje si correspondía con su actitud.

El vampiro no le respondió, simplemente la cogió de la cintura y comenzó besarle el cuello. La humana no le correspondió en nada; le incomodaba la cercanía del vampiro, sin mencionar el sentir del poco calor que su frió cuerpo emanaba. Reacciono cuando sintió la mano del inmortal más al sur de lo debido. Tuvo ganas de decirle que dejara de tocarle el culo para luego darle un puñetazo y arruinarle su inmortal sonrisita, pero sabía que eso arruinaría todo. Le daba asco lo que iba a hacer, aunque había que admitirlo; el pelinegro era muy bueno besando.

Esta vez si comenzó a corresponderle. El vampiro se impresiono de la reacción de la supuesta hechicera. Sus besos eran salvajes, hambrientos, sus bocas danzaban al compás de la pasión y la lujuria. No se divertía tanto desde hace un buen tiempo. Entre besos y manoseos logro que llegaran a las escaleras, donde se encaminaron al tercer piso. Logro apartar sus labios de los de la chica por quince segundos para agarrar la llave de la habitación tres, aunque luego la rubia se volvió a apoderar de ellos, enredando sus torneadas piernas en su cintura y dándole entrada a su lengua.

No se fijo en nada del sitio. Su total atención estaba en la hermosa chica a la que le estaba besando el cuello. Noto la rica sangre corriendo por sus venas, pero ya la probaría después de divertirse un rato. Se dio la libertad de olerla. Su aroma era una mezcla de hechicera con demonio, pero el palpitar de su corazón le decía otra cosa. Decidió olvidarse de eso, ya lo averiguaría al amanecer, pero ahorita iba a ir al baño, ya no se aguantaba.

- Espera aquí un momento – dijo separándose de la chica, la cual soltó un suspiro internamente, aliviada de tener la oportunidad de atraparlo y de no seguir con ese teatro.

Hizo lo que necesitaba hacer para luego ponerse en frente del lavamanos. Se hecho agua en su pálido rostro, el cual tenia marcas de labial rojo por todos lados. No iba dejar a esa belleza esperando mucho tiempo. Se pregunto en que posición estaría esperándolo.

Tenia la cabeza gacha, pero la subió lentamente cuando oyó el sonido del gatillo de una pistola. Miro el reflejo del espejo; la rubia estaba apuntándole en la cabeza con un arma. Sus piernas estaban algo separadas, con un pie adelante del otro. Sus dos manos sostenían con fuerza el mango, se notaban años de experiencia por el modo tan correcto y preciso con el que agarraba el gatillo. Nada de su cuerpo le temblaba. Esto le aclaro algo al vampiro: un movimiento, y estaba muerto.

- Las manos donde pueda verlas.
- Mierda…
HOLA FANS DE FIOLEE!!! Quiero darles unas muy malas noticias y unas muy buenas.
BUENAS: Ya mi maravilloso y espectacular cerebro compuso parte de la trama del fic. En el proximo cap Fionna le hará a Marshall el "interrogatorio". Gumball y Flame tendran una conversacion en la que quedaran claros todos sus sentimientos hacia Fionna. Y aparecera el esperado villano de este fic, q podria llevarlos a destruirse a si mismos.
Malas: ME IRE A BARBACOA!!! Por si no lo saben este es mi pueblito favorito en toda Venezuela ya q es tranquilo y calmado, sin incluir la hermosa maravilla natural q posee: la cascada del vino, busquenlo en internet, y si algun dia vienen se los recomiendo *cofcofprefeririaotroviajeaArgentinacofcof* Asi q no se cuando suba el proximo cap ya q esto es pura montaña y puro viaje, pero esperenme como quince dias porfis

Este cap me gusto mucho como me quedo. Gumball le pidio a Fi salir con ella para tomar cafe, les aviso q no planeo hacer un culebron, pero si algo divertido. La cancion la puse xq Camila es mi tercera banda en español favorita despues de Mana y Reik, los que saben a quien se referia Marshall comenten su nombre a ver si son buenos adivinando. El vestido lo saque del fic de :iconblackandwhitesisters: Espejo en el cap 58, espero q no le moleste. Y sobre la parte del beso, les aviso q me base en la novela q ve mi mama a las 8, vi una parte ya q estaba aburrida y no tenia inspiracion, el beso q los de la novela se estaban dando era peor q este, pero no iba a poner nada q llegara a mas de eso. Les aviso: NO VOY A DESCRIBIR UN NIVEL 15!!!

BUENO DAMAS Y CABALLEROS, ESTA HUMILDE ESCRITORA SE RETIRA A COMER HELADO!!!

Chapter 1 para los nuevos o los q quieren volverlo a leer: alejim12.deviantart.com/art/Cr…

© 2013 - 2024 AleJim12
Comments43
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Awww lo amé :3 Sobre todo la parte de -Las manos donde pueda verlas - Mierda... Me imagino su cara X'D Creo que la chica a la que se refiere Marshall es Ashley...creo .-.